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Bitácora para un Atlas

Writer's picture: Fernando VegaFernando Vega

Updated: May 28, 2024

La dificultad radica en evitar el carácter ilustrativo de la imágen. En el nuevo territorio de las artes la imagen cubre un espacio siempre expansivo, tendiente al sin fin. Por eso lo ilustrativo no cabe aquí, pues la imagen referencial no amplía el sentido de aquello que re-presenta sino que más bien le enfatiza y le reitera; su figura retórica es la redundancia.


Ilustración para el Mago de Oz de Frank Baum realizada por el artista William Denslow



El territorio de la plástica, si es cierto que asprira a un territorio expansivo, ha de valerse de la reinvención de los sentidos y de las relaciones. Dicho de otra manera: el arte no re-itera sino que crea; no representa sino que presenta. Digamos que en ello quiere parecerse lo más posible a la naturaleza viva de la existencia; una siempre en fujo, creadora y destructora en su constante ir deviniendo: transfigurando y cambiando los sentidos.

El verdadero arte por lo tanto, intenta multiplicar los sentidos y las relaciones fosilizadas de nuestros lenguajes, cuestionándolos y transformando sus sentidos mediante un ejercicio poético de traslado de potencias y de significaciones. En ese sentido el ejercicio artístico se parece tambíén al de la disciplina alquímica, en la cual el oro final es tan solo una depuración, una purga del sistema fosilizante del lenguaje convencional con el fin de propiciar una mutación, un constante encuentro extático con la realidad; una transformación espritual.


Hermes / Mercurio pidiendo silencio [museo hermético]

Imagen del siglo XVI en la cual se revela un secreto alquímico:

«Solo en el silencio [del lenguaje] es posible escuchar el mundo [revelación mística]»


El arte oficia así, como un inmenso laboratorio de posibilidades de sentido; el lenguaje del arte tiende a la proliferación de los sentidos o como diría el Conde de Lautréamont acerca de la expresión poética:


« [...] es el encuentro fortuito sobre una mesa de disección entre una máquina de coser y un paraguas.»



La cita del conde de Lautréamont fue uno de los motivos favoritos de los surrealistas, de alguna forma resumía su agenda: la libre asociación de las formas poéticas: la libre expresión de las potencias de lo inconsciente. Si el carácter de lo ilustrativo es una mímesis de un contexto, lo propio de la plástica radica en una mímesis del sentido. Cada artista [por no decir cada ser humano] es poseedor de una intuición que le lleva a preguntarse acerca del sentido del mundo; de las cosas y personas que habitan en él.

El sentido es incomunicable, no podemos hacer que el otro penetre de manera total en nuestra experiencia del mundo, pero si no lo podemos comunicar al menos podemos expresarlo, "metaforizarlo": será esta la única manera de estrechar las inmensas orillas que nos separan; de soñar un lugar para unas emociones humanas genuinas.

Un encuentro en nuestra fragilidad, en nuestra condición de mujeres y de hombres lanzados al mundo sin más.


Mientras la palabra convencional del lenguaje intenta comunicar conceptos e ideas, la imagen poética sugiere nuevos significados: des-plazamientos, re-emplazamientos:


Escribe Charles Baudelaire en sus «Flores del mal» de 1847:


Correspondencias


La natura es un templo donde vivos pilares

dejan salir a veces sus confusas palabras;

por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos

que lo observan atentos con familiar mirada.


Como muy largos ecos de lejos confundidos

en una tenebrosa y profunda unidad,

vasta como la noche, como la claridad,

perfumes y colores y sones se responden.


Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,

dulces como el oboe, verdes como praderas,

y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,


que la expansión poseen de cosas infinitas,

como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,

que cantan los transportes del alma y los sentidos.



El poeta se consagra sacerdote; profeta de los sagrados designios de la diosa Natura. El poema es una invención mística donde los misterios del mundo le confieren las energías de un templo para aquellos que saben reconocer la divinidad en cada aspecto de la "realidad". Baudelaire disuelve las fronteras entre lo sagrado y lo profano: todo es sagrado; la voluptuosidad con la que se nos presenta el mundo, tanto en sus placeres como en sus dolores, es el complejo de símbolos con el que las deidades intentan decirnos "vivimos en todo".

El juego de correspondencias es un juego de transferencia de sentidos y re-significaciones, el lenguaje poético enlaza aquello que en el lenguaje común resulta ilógico, impropio.

Remedios Varo - Catedral vegetal - 1957

Óleo sobre masonita


El exceso de las imágenes del poema nos embriaga hasta la sinestesia: «perfumes como carnes de niños, dulces como el sonido de un oboe» ... un mundo pleno de sensaciones donde «perfumes y colores y sones se responden.»


La libertad del poeta radica en tener a su disposición todo un mundo por reinventar; la lógica la inventa el mismo; la mitología es su mitología; los dioses son sus dioses: los que tenga la osadía de inventar o de conjurar.


Desayuno con pieles - Meret Oppenheim [1936]




Mesa-lobo - Victor Brauner [1939/47]




Una semana de bondad [Une semaine de bonté] - Max Ernst / Italia - 1933

Collage realizado a partir de recortes de ilustraciones de novelas victorianas, enciclopedias, catálogos y publicaciones eróticas de finales del siglo XIX.



 

Transmigración de las potencias


La transmigración de las potencias consiste en reconfigurar las definiciones y los conceptos; reconfigurar toda su convencionalidad hacia nuevos territorios.

La novela de Uberto Eco, El nombre de la rosa termina con la siguiente frase:


«DE LA ROSA NOS QUEDA ÚNICAMENTE EL NOMBRE.»


¿A qué rosa se refiere Umberto Eco?


¿A la rosa de los vientos?, ¿al color?, ¿a alguien llamada Rosa?, ¿a un tipo de novela?, ¿a un lazo en el cabello?, ¿al aspecto saludable de alguien?, ¿al excesivo optimismo de alguien que todo lo ve de ese color?...

Podríamos continuar, la proliferación de sentidos tiende a una constante reproducción de nuevos usos para las palabras. Así, cada región, cada grupo cultural, cada familia tiene sus particulares maneras de denominar las cosas al interior de su intimidad, a esta capacidad de las palabras le llamaremos diseminación. Al menos ese fue el nombre que dio Jacques Derrida al fenómeno de transfiguración al que se ven sometidas las palabras en su viaje junto a las mujeres y los hombres, siempre adoptando y adaptando las palabras al mundo en sus infinitas revoluciones y metamorfosis. El término usado antes que Derrida irrumpiera con el de diseminación era polisemia; sin embargo, como él hace notar claramente, el concepto de polisemia posee un equívoco: las palabras no son imágenes fijas que representan unos cuantos conceptos, no. Las palabras mutan y se adaptan en el uso a nuevos conceptos, comportamientos o realidades; es decir se diseminan: como semillas lanzadas al viento. Las palabras no están fijas, crucificadas sobre unos conceptos; las palabras son entidades vivas que mutan, crecen, se reproducen y hasta mueren.


La labor del poeta y del artista es remezclar y experimentar con las ataduras fosilizadas y convencionalizadas de los significados e inventar nuevos sentidos, nuevas relaciones. Para ello debemos internarnos al interior de esa selva en la cual cada palabra es hoja viva que murmura sus secretos al viento.


Escribe el poeta chileno Vicente Huidobro en su libro Altazor [1931]:


Canto III [Fragmento]


Una bella locura en la vida de la palabra

Una bella locura en la zona del lenguaje

Aventura forrada de desdenes tangibles

Aventura de la lengua entre dos naufragios

Catástrofe preciosa en los rieles del verso

Y puesto que debemos vivir y no nos suicidamos

Mientras vivamos juguemos

El simple sport de los vocablos

De la pura palabra y nada más

Sin imagen limpia de joyas

(Las palabras tienen demasiada carga)

Un ritual de vocablos sin sombra

Juego de ángel allá en el infinito

Palabra por palabra

Con luz propia de astro que un choque vuelve vivo

Saltan chispas del choque y mientras más violento

Más grande es la explosión

Pasión del juego en el espacio

Sin alas de luna y pretensión

Combate singular entre el pecho y el cielo

Total desprendimiento al fin de voz de carne

Eco de luz que sangra aire sobre el aire

Después nada nada

Rumor aliento de frase sin palabra


 

La invención mitológica


La invención mítica ha permitido a los artistas ser lo que son: excepciones a la norma. Lo normativo anhela un mundo inmóvil, inorgánico; la autoridad desea una realidad lo menos mutable posible. Solo en la medida de su estabilidad tiene la autoridad su existencia: lo establecido muere con el cambio; con la re-volución. Lo mítico acerca el espíritu del artista a lo trascendente: lo mítico posee la voz de lo épico y magnificente; lo mítico actúa como un coro de dioses cuya voz desciende de lo alto para revelar verdades más allá de nosotros. Por eso el arte es la excepción; Godard hace uso de esa superioridad mítica del arte en su corto Je vous salue, Sarajevo. En la antigua tragedia griega las voces del coro [casi siempre ancianos] cantaban a la cordura y el equilibrio; a la serenidad y el sentido común, contrastando con los delirios y demencias de los protagonistas.

En su corto Godard utiliza un tono épico que confiere a la voz del narrador, el aspecto de una deidad a punto de perder la paciencia por nuestra necedad:





La otra forma de lo mítico no está en el tono sino en la constitución del relato mismo, en la invención de una fábula que confiere al artista ciertos poderes y potencias. No olvidemos que desde siempre la figura del artista ha estado vinculada a las divinidades precisamente por parecerse a aquellas en su fecunda capacidad para crear o para reinventar zonas de su vida imposibles en la realidad. Así, por ejemplo, una artista como Ana Mendieta inventó {potenciado desde su interior inconsciente] una madre y un hogar trascendente a falta de uno en la realidad concreta. Madre tierra, padre agua, abuela roca, hermana sangre:


Ana Mendieta nace de la tierra, es acunada por ella, mecida en sus aguas. Toda caricia materna surge del paisaje, de las aberturas como vulvas surge la sangre; desde el interior de las entrañas de una madre universal brota lo femenino; nace y se diluye Ana la niña-mujer.

La invención del mito deviene en este caso, un acto simbólico de reconciliación y de salvación: de redención. Ana Mendieta de manera simbólica sana las heridas de la infancia inventando un nuevo relato en el cual ella es recibida como hija en el vientre de Gaia: la madre nodriza terrenal.

 Nutrix ejus terra est

[Su nodriza la tierra es]

Ilustración del Atalanta fugiens

[La fuga de Atalanta]


El Atalanta Fugiens es un Libro de emblemas o libro explicativo de los misterios. El libro es considerado precursor de los textos multimedia pues reúne texto, imagen y sonido.

Cada lámina explica un elemento proveniente del mundo alquímico y viene acompañada por un texto y una composición musical [fuga]  




El cineasta danés Lars von Trier ha sabido servirse también de la invención mítica en algunas de sus películas. El prólogo de Melancholia [2011] funciona ya no como un mito de origen [caso de Ana Mendieta] sino como un mito que relata los últimos días de la tierra.

Según cuenta Lars von Trier, la idea del filme se le ocurrió en su estancia en una casa de reposo debido a un ataque nervioso que le dejó inactivo por meses. Recordemos que, de manera análoga, Bergman escribió el guion de Persona en una situación similar. No es casual que Lars von Trier varias veces se haya declarado admirador suyo y que encontremos elementos de Bergman en su cinematografía.

El prólogo de la película narra en tono mítico los acontecimientos finales de la vida en la tierra debido a un encuentro majestoso con un planeta gigante al que los astrónomos han dado el nombre de Melancolía. La metáfora es clara: la melancolía es una fuerza magnética que barre con todo; cada sueño, cada esperanza, cada anhelo es ennegrecido por la sombra inefable de la duda del melancólico. El melancólico sueña un mundo imposible, un mundo anegado por su propia incertidumbre y desesperanza.


Ofelia - Sir John Everett Millais - 1851 {Prerrafaelismo]



La melancolía diluye la realidad, la tiñe de absurdo, nos llena de eléctrica ansiedad; la melancolía es un océano hueco del cuál nada se escapa; es una sensación que nos enreda con sus raíces y malezas y que, por otra parte, puede ser tan dulce y placentera como el mejor de los dolores. Vista de esa manera, la melancolía llevada al límite nos llena de la suficiente desilusión para enfrentar el sin sentido: la muerte. La melancolía como la mueca de la locura nos libera de la incertidumbre y el carácter ilógico de la existencia.


Lars von Trier se sirve de unos símbolos de carácter primigenio, rectores de la naturaleza originaria del mundo para construir su mito.

Recordemos que todo mito es portador de un relato de origen y, por tanto, y al mismo tiempo, portador de los principios revelados por las divinidades, de las primeras leyes, de los primeros estatutos de convivencia.

La melancolía es en ese caso, producto de la innegable fragilidad de lo humano ante la diosa naturaleza; producto de nuestra sentida impotencia y fuente de nuestro aterrador y azaroso destino. El carácter cósmico del evento tan solo sirve para enfatizar un más allá de la condición humana, más allá de nuestra comprensión, de nuestro dominio. Nuestra melancolía parte de nuestra falta de control sobre el devenir. Al final la naturaleza nos recuerda nuestro lugar, nuestra verdadera dimensión.


Trier se sirve también de elementos de la tradición mística, que refabrica y resignifica: la triada, por ejemplo. En una de las escenas de la película aparecen los tres personajes principales vinculados al evento cósmico y a tres caracteres diferentes: melancolía [el planeta imaginado] o la aceptación, la luna como la inocencia de la infancia y el sol o luz de la sensatez.

Melancolía Luna Sol


Es además un motivo recurrente en los filmes de von Trier, en el Anticristo de 2009, aparece una triada diferente vinculada más bien al horror de la existencia: a lo siniestro [unheimlich] en el sentido freudiano de lo misterioso; de lo desconocido en ell interior de las sombras de lo existente y la aterradora sensación de presentir lo monstruoso detrás de los hilos que mueven nuestros destinos y nuestras realidades más íntimas.

A veces pareciera que entre las sombras un algo o un alguien, como los ecos de una realidad paralela, tuviesen un fantasmático control de este lado del mundo; espectros que nos vigilan en nuestros espacios más cercanos y familiares.


Los tres mendigos Dolor Pesar Desesperación


Las asociaciones que el director realiza son arbitrarias en el sentido que es él mismo quien traza los vínculos; nada en absoluto ata al zorro con la sensación de dolor; nada al venado con la sensación de pesar o al cuervo con la desesperación. Lars von trier se sirve de elementos propios de la simbología del mito: fuerzas o misterios naturales; fuerzas o misterios celestes y cósmico. Traza una línea conectora entre el mundo de los hombres; entre sus emociones y sus símbolos con el mundo de la naturaleza y del cosmos; una línea conectora con la que surge el mito: el vínculo con una realidad más allá de nuestra comprensión.



 

Aspectos para una estética del sentimiento mitológico


Desde sus orígenes el arte ha estado vinculado a la magia y al chamanismo, a los primeros relatos de la humanidad; desde siempre ha sido la fuente más primaria de lo humano. A través del arte las mujeres y los hombres aprenden algo acerca de sus miedos y de sus delirios; con este nos es posible además transmitir a la posteridad unos hallazgos que alienten la esperanza futura de la especie humana, contribuyendo desde el pasado más remoto a nuestro intento por darle sentido a un mundo hostil e indiferente con nuestro destino.


Referentes creativos desde lo mítico:


IMPORTANTE CHICAS Y CHICOS:

[Pistas para las imágenes del atlas -> A continuación encontrarán una lista de elementos que les pueden servir para generar su atlas. Cada punto puede ser una imagen de su atlas, solo busquen en internet de que se trata cada título y elijan una imagen para cada uno construyendo un relato medianamente adecuado a sus intuiciones.


Por ejemplo:

Si yo tuviese que elegir un animal que represente mi sentir, esa sería la polilla: ser al que simbólicamente le asigno mi penumbra, mi silencio y la paz de mis noches. Siempre necesitado de la luz de una madre luna muy alta y lejana entre las estrellas; hijo de un sol de luz oscura y fría; de voz áspera y sarcástica. Con ello simbolizaría la problemática y enferma relación afectiva con mis padres.


Imagen:



Lista de elementos

  1. Los animales totémicos

  2. Simbología de plantas y de flores

  3. Proyección en fenómenos celestes

  4. Proyección en fuerzas de la naturaleza

  5. Bestiarios

  6. La imagen oracular/ lo revelado

  7. «Unheimlich» / Lo siniestro [Sigmund Freud] - El miedo primigenio

  8. Lo trágico / estoicismo

  9. Depuración/rito/catarsis

  10. Éxtasis/epifanía/abandono de sí

  11. Redención/expiación/ascensión

  12. Dolor, marca y tabú: escrituras con y en el cuerpo



























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